El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la
victoria sobre lo enorme.
Toda convicción es una cárcel.
Sin arte la vida sería un error.
La guerra vuelve estúpido al vencedor y
rencoroso al vencido.
El mundo real es mucho más pequeño que el mundo
de la imaginación.
Un filósofo casado es, para decirlo claro, una
figura ridícula.
Mucho tienen que hacer los padres para compensar
el hecho de tener hijos.
Un político divide a las personas en dos grupos:
en primer lugar, instrumentos; en segundo, enemigos.
La irracionalidad de una cosa no es un argumento
en contra de su existencia, sino más bien una
condición de la misma.
En algunos la castidad es una virtud, en muchos
es casi un vicio.
El pensador sabe considerar las cosas más
sencillas de lo que son.
Nada más hipócrita que la eliminación de la
hipocresía.
Las razas laboriosas encuentran una gran
molestia en soportar la ociosidad.
Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su
existencia, es, más bien, condición de ella.
El hombre se define como ser que evalúa, como
ser que ama por excelencia.
Cuando me encuentro con una criatura, encuentro
la voluntad del poder.
Tenemos arte para no morir de la verdad.
La política es el campo de trabajo para ciertos
cerebros mediocres.
Cuando se tienen muchas cosas que meter en él,
el día tiene cien bolsillos.
Lo que me preocupa no es que me hayas mentido,
sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en
ti.
El individuo ha luchado siempre para no ser
absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo
estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio
es demasiado alto por el privilegio de ser uno
mismo.
Los monos son demasiado buenos para que el
hombre pueda descender de ellos.